jueves, 4 de junio de 2009

Arquitectura neoclásica en francia

La reacción frente al rococó se inicia en los días de Luis XVI, razón por la que se establece una distinción entre el estilo Luis XVI y el estilo imperio. Uno de los arquitectos más notables del estilo Luis XVI es J.A. Gabriel. A él se debe, entre otras importantes obras, el “Petit Trianon” de Versalles. Cuatro columnas corintias con entablamento enmarcan las ventanas centrales y cada lado un paño de pared practicado por puertas y ventanas ciñe el conjunto.



En el interior hay una escalera con barandilla de hierro forjado. La severidad clásica del barroco francés en las fachadas da fácil paso en los días de Luis XVI a los grandes pórticos de los templos griegos y romanos. En este sentido se destaca el arquitecto J. C Soufflor, que construye la iglesia de Santa Genoveva, en Paris, dedicada después de la revolución a Panteón de Hombres Ilustres. De planta de cruz griega, con ostentosa columnata interior y muros exteriores cortados en ángulo recto, tiene en el centro una triple cúpula que se apoya sobre un inmenso tambor sostenido por una columnata porticada. La entrada es un pórtico de grandes columnas corintias sin estrías con frontón de coronamiento al gusto antiguo. Muy relevante es la iglesia de la Magdalena, que ,comenzada en 17645 bajo Luis XVI y todavía sin terminar, se transforma por orden de Napoleón, con arreglo a los planos de Bartolomé Vignon, en templo dedicado a la Fama. En su interior es de cruz latina, con cúpula, pero exteriormente tiene frontón y pórticos de columnas en todos sus frentes. Durante el estilo imperio adquiere gran importancia un tipo de edificio de características tradicionales, pero con una nueva utilidad: la Bolsa. Con él, la burguesía en el poder crea su autentico templo. La Bolsa de Paris es un templo corintio, de cruz griega, que descansa sobre un estabilobato y la columnata se remata por capiteles que sostienen un entablamento. Los fustes son sin estrías y están distribuidos escasamente espaciados para producir un mas bello aspecto. Durante algún tiempo del imperio napoleónico vuelve a ponerse de moda la vieja costumbre romana de construir arcos de triunfo. El mas notable, por su grandiosidad, es el gigantesco de la plaza de la Estrella, en Paris. De un solo vano, de unos cincuenta metros de altura y sin columnas, es obra de Chalgrin, autor también del teatro Odeon de Paris.

LA DECORACIÓN INTERIOR. El neoclásico es también un estilo de decoración interior. En este aspecto, mas que en la ornamentación exterior, se advierte la diferencia entre el estilo Luis XVI y el imperio. Naturalmente, el estilo Luis XVI representa la vuelta a la simetría y a las normas y temas decorativos generales de la arquitectura clásica renacentista, si bien se distingue de esta por su preferencia por los temas geométricos, su mayor simplicidad y menor recargamiento. Los tableros son rectangulares y se ponen de moda los medallones elípticos. Se emplean molduras mas sencillas y rectilíneas, las estrías y los meandros, los vegetales mas lisos, como las hojas de palma y laurel, la roseta, etc., y en general se tiende a los ángulos rectos, a los arcos de circulo y a las superficies cilíndricas. En el estilo imperio se agudiza el deseo de simplicidad y claridad decorativa de Luis XVI, haciéndose los ornamentos cada vez mas fríos y estilizados y perdiendo el resto de naturalismo que conservan en el periodo anterior. Son incluidos temas de carácter militar referidos a las campañas guerreras de Napoleón, como las esfinges, la flor de Loto y las pirámides, alusivas a la campaña de Egipto. Las construcciones que forman las alas del monumento del mismo estilo, aumentan poderosamente la pujanza del cuerpo central. Mas atento y fiel a las características del arte de los clásicos es Karl Riedich Schinkel. De él es el llamado Cuerpo de Guardia, en Berlín, algo así como un castillo cuadrado, reforzado para la defensa en los ángulos y precedido por un pórtico dorico. Obra también de Schinkel es el Teatro de Berlín, edificio de gran dignidad clásica y en el que cada una de sus partes esta magistralmente enlazada con el resto, constituyendo el conjunto de espléndida unidad armónica llena de elegancia.

En el pórtico escogió el orden Jonico. Otro gran arquitecto del neoclásico alemán es Leo Von Klenz, autor de la gliptoteca de Munich y de los propileos que cierran monumentalmente la plaza Real, también de Munich. Estos ofrecen un cuerpo central estrechamente afín a los propileos atenienses, mientras que las torres que lo flanquean, adelgazándose ligeramente, recuerdan los portales egipcios o pilones. La acertada asociación de elementos tan distintos se realiza mediante unas proporciones sabiamente calculadas y completada por el ático que corre sobre el frontón y continua, por ambos lados, en los frisos de las torres.

El Estilo Biedermeier. En la arquitectura de edificios particulares se desarrolla en Alemania el llamado estilo Bierdermeier, del nombre de un pintoresco y simpático personaje de la literatura, en el que se veían resumidas las virtudes del alemán burgués medio, con cierto gusto y manifiesta sencillez. Las guerras napoleónicas vacían las arcas de los estados alemanes que, si bien excepcionalmente pueden permitirse la aplicación de hermosas pinturas en edificios públicos, no ocurre así en las edificaciones privadas. Se produce entonces un estilo, que se desarrolla durante los años 1815 a 1850 y cuya principal aspiración es la de construir viviendas practicas y duraderas. Dicho estilo alcanzo gran notoriedad en la decoración interior y en la producción de muebles.

Arquitectura neoclásica en españa




Época: Arte Español del Siglo XVIII
Inicio: Año 1700
Fin: Año 1800
Antecedente:
Juan de Villanueva y la arquitectura neoclásica


Dentro de esa especie de constante histórica que hace alternar los estilos entre el casticismo y el internacionalismo, el gusto neoclásico -cuestionando críticamente la aportación de antiguos y modernos, la mímesis y la invención, la novedad y la originalidad, la verdad estable (el Dios creador, pero ausente; eterno, pero no constante) y la causalidad del desarrollo histórico- significa una internacionalización estilística de los más sólidos principios arquitectónicos del pasado, aticismo ideal en el que cree escépticamente para, desde esa fe crítica y autocrítica del que sigue investigando, hacerlo realidad, presente y contemporáneo.
En la deseada restauración de la Antigüedad greco-romana influyen, desde dos focos principales -Roma y Venecia- eruditos y diletantes depositarios del debate crítico-filosófico, a los que se debe buena parte de los avances de la arquitectura de las Luces. Una generación de teóricos racionalistas, nacidos en torno a 1720 -los Algarotti, Laugier, Cochin, Winckelmann, Piranesi o Milizia-, publica sus ensayos, observaciones, cartas, historias y opiniones sobre arquitectura en torno al año 1760. En ellos hay que buscar la más virulenta refutación del Barroco en aras de los ideales de sencillez, conveniencia, adecuación y carácter con los que reconocer la verdadera arquitectura, aquella que sabe dar de todo una razón fundada y que reduce a un mismo y único problema el interior y el exterior con el que la arquitectura se demuestra, es decir, se presenta y se explica a sí misma.
Una periodización del neoclasicismo internacional, no exenta de oscilaciones ideológicas, permitiría establecer una primera fase de estabilización de los ideales de la Razón entre 1740-80; un segundo período revolucionario de desarrollo y consolidación se establece entre 1780-1805, cuando los ideales se ven materializados y los ejemplos de la nueva arquitectura son ya tangibles, no sólo en los edificios, sino también en los aspectos urbanísticos; la instrumentalización política del estilo Imperio, entre 1805-14, supondría otro momento diferenciado y reconocible en la arquitectura neoclásica que, entre 1814-48, se ve contaminada de un ecléctico y fluctuante modo proyectual entre el academicismo y el nuevo ideal historicista.
Para España cabría una periodización que corrige bien poco la anterior, quedando nuestro Neoclasicismo marcado por cinco sucesivas generaciones de arquitectos y ceñido a un siglo exacto -1744-1844- desde la creación de la Junta Preparatoria de la Academia de San Fernando hasta la creación de la Escuela Superior de Arquitectura en Madrid, momento en el cual la formación de los arquitectos se ve desplazada de una institución a otra, quedando la primera como organismo consultivo y sancionador de titulaciones y competencias.
Entre 1744-80 podemos situar el período protoneoclásico de teorización e instrumentación de medios con los que intentar arraigar en España el cambio deseado en las artes. Entre 1781-95 podemos reconocer la puesta en práctica de los ideales ilustrados con resultados concretos parangonables a los obtenidos por la mejor arquitectura europea de la Razón, y en ello la actividad del arquitecto madrileño Juan de Villanueva tiene una responsabilidad casi exclusiva. El período 1796-1810, de escasas iniciativas constructoras, estaría dominado por los arquitectos de la tercera generación neoclásica discípulos de Rodríguez y Sabatini, como Silvestre Pérez (1767-1825) e Ignacio Haan (1758-1810); Isidro González Velázquez (1765-1840), discípulo predilecto de Villanueva, tuvo entonces un escaso protagonismo ya que sus mejores obras para Madrid, el proyecto de la plaza de Oriente (1816) y el Colegio de Cirugía de San Carlos (1831), son más tardías y no pasaron del papel.
Pasado el entreacto de la ocupación francesa, entre 1814-1844, otras dos generaciones de arquitectos, nacidos en torno a 1780 y 1800, mantienen en la corte un academicismo todavía neoclásico, que podemos considerar agotado con el edificio del Congreso de los Diputados en Madrid, comenzado en 1843 y proyectado el año anterior por Narciso Pascual y Colomer (1808-70).
Tras lo anterior es necesaria una breve digresión: La peculiaridad de la aportación española al panorama arquitectónico europeo desde el siglo XVII consiste prácticamente en su falta de influencia, en su rareza. Desde 1600, pasado ya el rigorismo y la "tiranía estilística" (Kubler) o el yugo asfixiante (Chueca) de lo herreriano, la obra de nuestros autores desaparece de las historias de la arquitectura occidental más o menos generalistas, salvo escasas excepciones o la aditiva revisión del que traduce un libro extranjero.
Tan largo período de ausencia, de ignorancia o de olvido de la aportación española, ha acostumbrado al estudioso del panorama occidental a prescindir de todo lo que no sea italofranco-anglogermano, hasta el punto de que el relato histórico de lo ocurrido en ese ámbito de mutua influencia supranacional sólo se entiende poniendo en relación a sus componentes, mientras el correlato de lo español sólo se desarrolla desde una visión interna e incluso autocomplacida de su endogamia disciplinar. Este hecho ha permitido a la historiografía prescindir de nuestra arquitectura también para momentos posteriores, aun cuando participe de aquel ámbito de influencia foránea, quizá porque ésta se produce sólo en un sentido, el de la naturalización de la influencia importada, y raramente en el contrario, el del reconocimiento de la ejemplaridad de la aportación española al panorama europeo.
Al hilo de lo anterior, un problema de una complejidad imposible de analizar en estas páginas de síntesis apretada, es necesario recordar que la llegada a España de la nueva dinastía borbónica supone para nuestro panorama artístico una incorporación de la influencia italofrancesa al gusto y a la sensibilidad nacionales, no tanto durante el reinado de Felipe V, al final del cual comienza, como en el de Fernando VI y muy especialmente con Carlos III.

lunes, 1 de junio de 2009

Etimología

La palabra enciclopedia procede de los términos griegos enciclos (envolver en círculo)y paideia, de paidos (niño). De estas mismas raíces proceden las palabras encíclica, circular y pedagogía. El énfasis original de estas palabras se hacía sobre el aprendizaje infantil, más que en la enseñanza.

Enciclopedismo

El enciclopedismo es el movimiento filosófico y pedagógico expresado a través de la Enciclopedia publicada en Francia en el siglo XVIII por Diderot y D'Alembert

A través de este movimiento se buscó desarrollar una obra monumental, que constaba de 28 volúmenes (17 de texto y 11 de láminas), en la que se resumiría el pensamiento ilustrado de la época, es decir, todo el saber de su tiempo, y que se denominó Enciclopedia. El primer volumen prologado por D'Alembert, apareció en 1751, y el último en 1772. En 1776-1777 se publicó un suplemento de seis tomos. En la enciclopedia se incluía tanto textos científicos como dibujos de las nuevas máquinas.

Principios fundamentales de la industria

Uno de los principios fundamentales de la industria moderna es que nunca considera a los procesos de producción como definitivos o acabados. Su base técnico-científica es revolucionaria, generando así, el problema de la obsolescencia tecnológica en períodos cada vez más breves. Desde esta perspectiva puede afirmarse que todas las formas de producción anteriores a la industria moderna (artesanía y manufactura) fueron esencialmente conservadoras, al trasmitirse los conocimientos de generación en generación sin apenas cambios. Sin embargo, esta característica de obsolescencia e innovación no se circunscribe a la ciencia y la tecnología, sino debe ampliarse a toda la estructura económica de las sociedades modernas. En este contexto la innovación es, por definición, negación, destrucción, cambio, la transformación es la esencia permanente de la modernidad. principios fundamentales de la industria moderna es que nunca considera a los procesos de producción como definitivos o acabados. - El desarrollo de nuevas tecnologías, como ciencias aplicadas, en un receptivo clima social, es el momento y el sitio para una revolución industrial de innovaciones en cadena, como un proceso acumulativo de tecnología, que crea bienes y servicios, mejorando el nivel y la calidad de vida. Son básicos un capitalismo incipiente, un sistema educativo y espíritu emprendedor. La no adecuación o correspondencia entre unos y otros crea desequilibrios o injusticias. Parece ser que este desequilibrio en los procesos de industrialización, siempre socialmente muy inestables, es en la práctica inevitable, pero mensurable para poder construir modelos mejorados.

Impacto social

La industrialización que se originó en Inglaterra y luego se extendió por toda Europa no sólo tuvo un gran impacto económico, sino que además generó enormes transformaciones sociales.

Proletariado urbano. Como consecuencia de la revolución agrícola y demográfica, se produjo un éxodo masivo de campesinos hacia las ciudades; el antiguo agricultor se convirtió en obrero industrial. La ciudad industrial aumentó su población como consecuencia del crecimiento natural de sus habitantes y por el arribo de este nuevo contingente humano. La carencia de habitaciones fue el primer problema que sufrió esta población marginada socialmente; debía vivir en espacios reducidos sin las mínimas condiciones, comodidades y condiciones de higiene. A ello se sumaban largas jornadas de trabajo, que llegaban a más de 14 horas diarias, en las que participaban hombres, mujeres y niños con salarios de miseria, y que carecían de toda protección legal frente a la arbitrariedad de los dueños de las fábricas o centros de producción. Este conjunto de males que afectaba al proletariado urbano se llamó la Cuestión social, haciendo alusión a las insuficiencias materiales y espirituales que les afectaban.

Burguesía industrial. Como contraste al proletariado industrial, se fortaleció el poder económico y social de los grandes empresarios, afianzando de este modo el sistema económico capitalista, caracterizado por la propiedad privada de los medios de producción y la regulación de los precios por el mercado, de acuerdo por la oferta y la demanda.

En este escenario, la burguesía desplaza definitivamente a la aristocracia terrateniente y su situación de privilegio social se basó fundamentalmente en la fortuna y no en el origen o la sangre. Avalados por una doctrina que defendía la libertad económica,los empresarios obtenían grandes riquezas, no sólo vendiendo y compitiendo, sino que además pagando bajos precios por la fuerza de trabajo aportada por los obreros.

Las propuestas para solucionar el problema social. Frente a la situación de pobreza y precariedad de los obreros, surgieron críticas y fórmulas para tratar de darles solución; por ejemplo, los socialistas utópicos, que aspiraban a crear una sociedad ideal, justa y libre de todo tipo de problemas sociales. Otra propuesta fue el socialismo científico de Karl Marx, que proponía la revolución y la abolición de la propiedad privada (marxismo); también la Iglesia católica, a través del Papa León XIII, dio a conocer la Encíclica Rerum Novarum (1891), que condenaba los abusos y exigía a los estados la obligación de proteger a lo más débiles. A continuación, un fragmento de dicha encíclica: « (...) Si el obrero presta a otros sus fuerzas a su industria, las presta con el fin de alcanzar lo necesario para vivir y sustentarse y por todo esto con el trabajo que de su parte pone, adquiere el derecho verdadero y perfecto, no solo para exigir un salario, sino para hacer de este el uso que quisiere (...) ». Estos elementos fueron decisivos para el surgimiento de los movimientos reivindicativos de los derechos de los trabajadores.

La Revolución industrial generó cambios fundamentales en la sociedad británica del siglo XVIII, y posteriormente se extendió a los otros países europeos.

En Gran Bretaña, la población creció ampliamente. Pasó de 9 millones en 1780 a 21 millones en 1850. Mientras que la población europea pasó de 188 millones a 266 millones en 1850.

Etapas de la Revolución Industrial

La Revolución industrial estuvo dividida en dos etapas: La primera del año 1750 hasta 1840, y la segunda de 1880 hasta 1914. Todos estos cambios trajeron consigo consecuencias tales como:

1. Demográficas: Traspaso de la población del campo a la ciudad (éxodo rural) — Migraciones internacionales — Crecimiento sostenido de la población — Grandes diferencias entre los pueblos — Independencia económica
2. Económicas: Producción en serie — Desarrollo del capitalismo — Aparición de las grandes empresas (Sistema fabril) — Intercambios desiguales
3. Sociales: Nace el proletariado — Nace la Cuestión social
4. Ambientales: Deterioro del ambiente y degradación del paisaje — Explotación irracional de la tierra.

A mediados del siglo XIX, en Inglaterra se realizaron una serie de transformaciones que hoy conocemos como Revolución industrial; dentro de las cuales las más relevantes fueron:

* La aplicación de la ciencia y tecnología permitió el invento de máquinas que mejoraban los procesos productivos.
* La despersonalización de las relaciones de trabajo: se pasa desde el taller familiar a la fábrica.
* El uso de nuevas fuentes energéticas, como el carbón y el vapor.
* La revolución en el transporte: ferrocarriles y barco de vapor.
* El surgimiento del proletariado urbano.

El comercio internacional

Economía industrial

Sin embargo, y a pesar de todos los factores anteriores, la Revolución industrial no hubiese podido prosperar sin el concurso y el desarrollo de los transportes, que llevarán las mercancías producidas en la fábrica hasta los mercados donde se consumían.


Estos nuevos transportes se hacen necesarios no sólo en el comercio interior, sino también en el comercio internacional, ya que en esta época se crean los grandes mercados nacionales e internacionales, en los que las mercancías pueden viajar libremente por el país sin necesidad de pagar aduanas. El comercio internacional se liberaliza, sobre todo tras el Tratado de Utrecht (1713), que liberaliza las relaciones comerciales de Inglaterra, y otros países europeos, con la América española. Se termina con las compañías privilegiadas y con el proteccionismo económico; y se aboga por una política imperialista y la eliminación de los privilegios gremiales. Además, se desamortizan las tierras eclesiásticas, señoriales y comunales, para poner en el mercado nuevas tierras y crear un nuevo concepto de propiedad. La Revolución industrial generó también un ensanchamiento de los mercados extranjeros y una nueva división internacional del trabajo' (DIT). Los nuevos mercados se conquistaron mediante el abaratamiento de los productos hechos con la máquina, por los nuevos sistemas de transporte y la apertura de vías de comunicación, así como también, mediante una política expansionista.

El Reino Unido fue el primero que llevó a cabo toda una serie de transformaciones que la colocaron a la cabeza de todos los países del mundo. Los cambios en la agricultura, en la población, en los transportes, en la tecnología y en las industrias, favorecieron un desarrollo industrial. La industria textil algodonera fue el sector líder de la industrialización y la base de la acumulación de capital que abrirá paso, en una segunda fase, a la siderurgia y al ferrocarril.

A mediados del siglo XVIII, la industria británica tenía sólidas bases y con una doble expansión: las industrias de bienes de producción y de bienes de consumo. Incluso se estimuló el crecimiento de la minería del carbón y de la siderurgia con la construcción del ferrocarril. Así, en Gran Bretaña se desarrolló de pleno el capitalismo industrial, lo que explica su supremacía industrial hasta 1870 aproximadamente, como también financiera y comercial desde mediados de siglo XVIII hasta la Primera Guerra Mundial (1914). En el resto de Europa y en otras regiones como América del Norte o Japón, la industrialización fue muy posterior y siguió pautas diferentes a la británica.

Unos países tuvieron la industrialización entre 1850 y 1914: Francia, Alemania y Bélgica. En 1850 apenas existe la fábrica moderna en Europa continental, sólo en Bélgica hay un proceso de revolución seguido al del Reino Unido. En la segunda mitad del siglo XIX se fortalece en Turingia y Sajonia la industrialización de Alemania.

Otros países siguieron un modelo de industrialización diferente y muy tardía: Italia, Imperio Austrohúngaro, España o Rusia. La industrialización de éstos se inició tímidamente en las últimas décadas del siglo XIX, para terminar mucho después de 1914.

Causas


La existencia de controles fronterizos más intensos evitaron la propagación de enfermedades y disminuyó la propagación de epidemias como las ocurridas en tiempos anteriores. La revolución agrícola británica hizo además más eficiente la producción de alimentos con una menor aportación del factor trabajo, alentando a la población que no podía encontrar trabajos agrícolas a buscar empleos relacionados con la industria y, por ende, originando un movimiento migratorio desde el campo a las ciudades así como un nuevo desarrollo en las fábricas. La expansión colonial del siglo XVII acompañada del desarrollo del comercio internacional, la creación de mercados financieros y la acumulación de capital son considerados factores influyentes, como también lo fue la revolución científica del siglo XVII. Se puede decir que se produjo en Inglaterra por su desarrollo económico.

La presencia de un mayor mercado doméstico debería también ser considerada como un catalizador de la Revolución industrial, explicando particularmente por qué ocurrió en el Reino Unido.La invención de la máquina de vapor fue una de las más importantes innovaciones de la Revolución industrial. Hizo posible mejoramientos en el trabajo del metal basado en el uso de coque en vez de carbón vegetal. En el siglo XVIII la industria textil aprovechó el poder del agua para el funcionamiento de algunas máquinas. Estas industrias se convirtieron en el modelo de organización del trabajo humano en las fábricas.

Además de la innovación de la maquinaria, la cadena de montaje contribuyó mucho en la eficiencia de las fábricas.

* Revolución agrícola: aumento progresivo de la producción gracias a la inversión de los propietarios en nuevas técnicas y sistemas de cultivo, además de la mejora del uso de fertilizantes.
* El desarrollo del capital comercial: Las máquinas se aplicaron a los transportes y a la comunicación iniciando una enorme transformación. Ahora las relaciones entre patronos y trabajadores es únicamente laboral y con el fin de obtener beneficios.
* Cambios demográfico-sociales: la modernización de la agricultura permitió un crecimiento demográfico debido a la mejora de la alimentación. También hubo adelantos en la medicina y en la higiene, de ahí que creciera la población. También hubo una emigración del campo a la ciudad porque la ocupación en labores agrícolas disminuyó mientras crecía la demanda de trabajo en las ciudades.

Esta primera revolución se caracterizó por un cambio en los instrumentos de trabajo de tipo artesanal por la máquina de vapor, movida por la energía del carbón. La máquina exige individuos más calificados, produce una reducción en el número de personas empleadas, arrojando de manera incesante masas de obreros de un ramo de la producción a otra. Especialmente del campo a la ciudad.

Revolución industrial

La Revolución Industrial es un periodo histórico comprendido entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX, en el que el Inglaterra en primer lugar, y el resto de la Europa continental después, sufren el mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la Historia de la humanidad, desde el Neolítico.

La economía basada en el trabajo manual fue reemplazada por otra dominada por la industria y la manufactura. La Revolución comenzó con la mecanización de las industrias textiles y el desarrollo de los procesos del hierro. La expansión del comercio fue favorecida por la mejora de las rutas de transportes y posteriormente por el nacimiento del ferrocarril. Las innovaciones tecnológicas más importantes fueron la máquina de vapor y la denominada Spinning Jenny, una potente máquina relacionada con la industria textil. Estas nuevas máquinas favorecieron enormes incrementos en la capacidad de producción. La producción y desarrollo de nuevos modelos de maquinaria en las dos primeras décadas del siglo XIX facilitó la manufactura en otras industrias e incrementó también su producción.
http://www.youtube.com/watch?v=RHX8XarURYA
El contraste entre la arquitectura churrigueresca y la modalidad académica o neoclásica es tan rudo, que asistimos al fenómeno artístico en dos mundos diversos. El barroco, en todas sus expresiones había colmado las necesidades del país y dejaba una sorprendente serie de monumentos religiosos y de palacios, residencias y colegios que hoy nos enorgullecen como obra del genio artístico de España y de Latinoamerica. Entonces el arte comienza a sufrir las consecuencias de una crítica libre, fundada en los principios académicos.
Se buscó dar un carácter más científico a las artes, por lo que los artistas debieron ser técnicos más que inventores, e imitadores más que creadores. Este espíritu científico llevó a considerar al arte clásico como un arte progresista, porque estaba desprovisto de adornos sin sentido y buscaba la perfección de las leyes inmutables sin depender de las impresiones subjetivas e imperfectas del artista.

Las Academias para el estudio de las artes surgieron en Italia desde el siglo XVI, las fundadas en el siglo XVIII ya estaban matizadas por la ilustración, lo que les dio un carácter distinto. La Academia fungió como transmisora de los conceptos en contra del barroco y a favor del neoclasisimo y los diversos tratados clásicos y renacentistas de las Tres nobles artes, así como de obras de carácter técnico y científico que racionalizaba la práctica y ejecución de las artes.
La arquitectura neoclásica es un estilo arquitectónico que produjo el movimiento neoclásico que comenzó a mediados del siglo XVIII, por una reacción contra el estilo rococó de ornamentación naturalista así como por el resultado de algunos rasgos clasicistas nacidos en el barroco tardío.

Tres son los factores fundamentales que influyeron en la creación de la arquitectura neoclásica:

* la Revolución Industrial
* el Enciclopedismo
* la fundación de las Academias.

La revolución industrial modifica profundamente el ritmo de vida, influyó en adelantos técnico constructivos, empleo de nuevos materiales. El concepto de economía relacionado con el funcionamiento cambió algunos esquemas de organización espacial y aun de relación entre vanos y macizos.

El enciclopedismo, espíritu de la revolución francesa, trajo consigo una concepción romántica de la Grecia Antigua. Asimismo la Ilustración sostenía que la infelicidad del hombre, se debía a la ignorancia e irracionalidad y que por lo tanto el único camino viable para conducirlo a la felicidad era llevarle la luz de la razón por medio de la educación. En cuanto a arquitectura la educación implicaba el conocimiento y fuentes antiguas tales como Vitrubio, Palladio, Vignola; por lo que ésta hizo uso de los repertorios formales griegos y romanos.